La arcilla es un elemento muy utilizado desde hace millones
de años, desde siempre y por su facilidad de modelado se ha usado para dar la
forma deseada las manos, desde hace unos años la técnica se tiende a
perfeccionar con el uso de diferentes herramientas que facilitan la realización
de la misma. Actualmente es uno de los recursos más utilizados en el aula para
el trabajo de las esculturas, por ser manejable y sobre todo por la facilidad
que existe de encontrar arcilla en tiendas especializadas. Uno del aspecto que tenemos que tener en
cuenta es que la realización del modelado sobre la arcilla debe hacerse siempre
con esta húmeda, por lo que tenemos que procurar que esta no se seque y tienda
a romperse cuando intentemos modelarla.
Materiales.
Aunque generalmente se sigue trabajando especialmente con
las manos, existe una amplia variedad de utensilios con los que el trabajo se
realiza más rápido y con mayor perfección.
Palillos de modelaje (Con estos palillos podemos dar
distintas texturas, formar esquinas y huecos).
Ahuecadores (Por otro lado los surcos, huecos y demás formas
que tenemos que darle a la escultura quitando el exceso de material).
Cuando realizamos el modelado en arcilla, existen
principalmente dos técnicas.
Técnica molde
perdido.
Esta técnica consiste básicamente en usar como modelado una
figura en relieve y conseguir la misma en arcilla, para ello utilizaremos
escayola líquida que nos permitirá obtener una hueco con la figura que deseamos
en “negativo”. Cuando esta capa se seque volveremos a verter una nueva. Una vez
realizadas todas las capas extraemos la misma que previamente estará preparada
para la fácil extracción.
Una vez preparada para trabajar con ella vertemos en el
interior la lechada de escayola con la que vamos a conseguir la escultura
finalizada, cuando ya esté seca tenemos que sacarla obteniendo una réplica
exacta.
Técnica para cocción
en horno.
Cuando trabajamos con arcilla que posteriormente vamos a
cocer, para obtener así un resultado final, es necesario que prensemos bien la
pieza para así evitar burbujas que puedan inflarse en el horno.
El tamaño es un aspecto que tenemos que cuidar también, si
la pieza es pequeña puede realizarse “al aire”, mientras que si el tamaño es
medio o incluso grande la escultura debe tener un soporte que nos permita
trabajarla con facilidad pero que podamos extraer una vez realizada la misma.
La figura que coceremos al horno debe estar hueca en su
interior teniendo las paredes un grosor de aproximadamente 3 centímetros, que
permita su cocción y a su vez que se mantenga.
Es importante que antes de meterla en el horno la escultura
esté seca en su totalidad. En cuanto a la temperatura a la que debemos cocerla
depende del tipo de escultura y del tipo de horno que estemos utilizando,
generalmente oscila entre 800º-1200º. El horno con
el que trabajemos será de cerámica y especifico para este tipo de trabajos.
El
tratamiento final de la escultura debe hacerse cubriendo la superficie con lo
que conocemos como gomalaca, para evitar que las pinturas que usemos puedan
perjudicar o estropearla.
Para completarla podemos dejarla con su color natural, o decorarla como
más nos guste.
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